lunes, 26 de mayo de 2014

Generalidades

La esquizofrenia es una enfermedad mental que se caracteriza por un conjunto de síntomas que afectan al funcionamiento psicológico de la persona y a su contacto con la realidad.  Aunque tiene una base biológica, las causas no son totalmente conocidas.
Se trata de una enfermedad crónica aunque esto no significa que haya un deterioro progresivo o una evolución negativa.  Es una enfermedad crónica como lo son la diabetes o la hipertensión; trastornos que no cuentan por el momento con posibilidades de curación, pero que, con el adecuado tratamiento y apoyo, pueden permitir llevar una vida normalizada y autónoma.

Sintomatología

Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en dos grupos: positivos y negativos. Llamamos positivos a los que, haciendo una comparación con alguien que no tiene esquizofrenia, suponen un exceso de algo, y negativos a los que se manifiestan en forma de carencia.

Es importante recordar lo que en otras enfermedades se hace evidente: los síntomas pueden, en mayor o menor medida, controlarse. A nadie se le ocurre pensar que una persona con hipertensión esté todo el día por los suelos con ataques, ni que tenga que estar sentada en casa sin moverse. Lógicamente, si fuma dos paquetes diarios, bebe alcohol, no hace ejercicio… tendrá más posibilidades de estar mal. Si se cuida podrá hacer una vida normal, con cuidados y limitaciones, pero normal.

Tipos de esquizofrenia


  1. Esquizofrenia paranoide

Es la más frecuente de todos los tipos de esquizofrenia, se caracteriza por la presencia de alucinaciones auditivas y delirios.
Los delirios más comunes son los de la persecución. Con frecuencia hacen interpretaciones erróneas sobre lo que sucede a su alrededor, así por ejemplo, si un grupo de personas están hablando, pueden pensar que están hablando sobre ellos o si están riendo que están riéndose de ellos.
Las personas que sufren este tipo de esquizofrenia tienden a enfadarse con gran facilidad, debido a la visión distorsionada que tienen de la realidad.Creen que son el objeto de muchas miradas, que sus actuaciones son controladas por los demás o que constantemente están siendo perseguidos.
Piensan que son el centro de atención y que todo lo que sucede se vuelve contra ellos.


Se caracteriza por un habla desorganizada, es decir su forma de hablar es incoherente.
Presentan respuestas emocionales fuera de lugar y suelen tener reacciones inapropiadas ante determinadas circunstancias o cuando se les comunica determinadas noticias.
Así por ejemplo, frente a una mala noticia pueden reaccionar riéndose o bien esbozar una sonrisa bobalicona en un momento inadecuado o bien una risa tonta o un llanto pueden aparecer en los momentos más inoportunos.
Otra característica de las personas con esquizofrenia hebefrénica o desorganizada es el cambio continuo de pensamientos, pasan de un tema a otro sin ninguna relación o conexión entre ellos.
Es muy difícil mantener una conversación con estas personas, ya que en vez de seguir una conversación tienden a cambiar de tema.
También es frecuente, en algunos de ellos, la presencia de conductas infantiles y comportamientos extraños.
Predomina la presencia de síntomas negativos como apatíaanhedonia,pobreza del lenguaje...

 

Se caracteriza por la perturbación en la actividad motora, puede presentar una actividad motora excesiva o bien inmovilidad (catalepsia).
Los catatónicos con una actividad motora excesiva están excitados, duermen poco y están en continua actividad hasta que caen agotados.
Cuando entran en una etapa de retraimiento de su actividad motora, permanecen rígidos, no se mueven y se resisten a que otros los muevan.
Presentan largos periodos de mutismo y mantienen una actitud extremadamente negativa. En esta etapa y en los casos más graves puedendejar de hablar, de comer o de controlar sus esfínteres durante largo tiempo.
Sin embargo, en su interior puede haber grandes sufrimientos o una gran variedad de sentimientos que tan sólo se manifiestan en un pulso acelerado.
Es frecuente observar en ellos posturas extrañas. Con frecuencia, mantienen la misma posición durante mucho tiempo, realizan movimientos peculiares y esteriotipados. En ocasiones, presentan gran rigidez y, otras veces, una gran flexibilidad.
Pueden alternar etapas de excitación y retraimiento de su actividad motora.

 

Los síntomas de esta esquizofrenia son mixtos o indiferenciados, no predomina ningún síntoma concreto para su diagnóstico o sus síntomas no pueden ser encuadrados en ningún tipo mencionado anteriormente.
Es decir, pueden incluir delirios, alucinaciones, pensamiento desorganizado, incoherencia. En algunas ocasiones, suele ser una etapa previa a otro subtipo.

 

Se refiere a personas que han sufrido al menos un episodio de esquizofrenia en el pasado, pero que en la actualidad no presentan indicios de ningún tipo de esquizofrenia o síntomas psicóticos relevantes.
Este tipo de referencia también incluye la situación final en la que se encuentran personas con diversos tipos de esquizofrenia como consecuencia del paso del tiempo y de una degeneración de la enfermedad. Se caracteriza por la presencia de síntomas negativos y por un considerable deterioro de la inteligencia y del pensamiento, así como de un menoscabo en las capacidades de autocuidados o en el desarrollo de su vida cotidiana.

 

No presenta ni alucinaciones ni delirios, pero quien lo sufre pierde sus capacidades. Es menos psicótica y predominan los síntomas negativos.


Síntomas

Las sintomatologías positiva y negativa no se refieren a síntomas que mejoren o empeoren el pronóstico de la esquizofrenia, ni influyan positiva o negativamente en la vida cotidiana del paciente. Se consideran síntomas positivos de la esquizofrenia al conjunto de signos y síntomas que provocan en el paciente situaciones de excitación, alteraciones de la percepción, conductas delirantes…, mientras que síntomas negativos se consideran a aquellos que ocasionan en el paciente una situación de aplanamiento emocional, escasa o nula comunicación, desconexión del entorno, etcétera.
Ambos bloques de síntomas de la esquizofrenia son contraproducentes para el paciente y precisan un control para que este pueda llevar una vida adecuada.

Síntomas positivos
Son los comportamientos, percepciones e ideas patológicos presentes en el enfermo que no aparecen en la población general. El paciente vive en su nueva y propia realidad (no inventa cosas, sino que tiene una percepción totalmente alterada de la realidad). En este momento el paciente no tiene conciencia de su enfermedad, por lo que no es recomendable un enfrentamiento drástico con él, cuestionando sus ideas. Estos síntomas son:
·         Ideas delirantes: el paciente cree que están sucediendo una serie de cosas que realmente no están ocurriendo.
·         Alucinaciones sensoriales: alteraciones de la percepción sin un estímulo externo que las ocasiones. Por lo general suelen ser de carácter auditivo (voces, sonidos…), aunque también pueden ser visuales, olfativas,…
·         Conducta extravagante: producto de esas ideas delirantes y alteraciones sensoriales. No suelen tener una finalidad concreta. El paciente puede presentar hiperemotividad, histrionismo, etc.
·         Pensamiento desorganizado: el paciente no es capaz de ordenar y exponer su pensamiento de forma organizada, lo que se manifiesta en un lenguaje inconexo y con un mensaje errático.
Síntomas negativos
Son actitudes disminuidas, o totalmente ausentes, en el paciente, que son habituales en la población general. Son más difíciles de detectar al no ser llamativas:
·         Anhedonia: pérdida de interés por aquellas cosas que anteriormente interesaban y gustaban al paciente.
·         Apatoabulia: pérdida o ausencia de iniciativa para comenzar tareas o propósitos y llevarlos a cabo.
·         Aislamiento social: disminución del interés por actividades sociales y que requieran relaciones con el resto de personas. El paciente tiende a la realización de actividades solitarias.
·         Afectividad aplanada: reducción o, en casos graves, ausencia de expresión y respuesta emocional. Se refleja en acciones como mutismo facial (no gesticula con la cara ante estímulos), disminución de los movimientos de carácter espontáneo (requiriendo una orden externa para su realización), ausencia de contacto visual, disminución del mensaje oral y del tono de voz (el paciente mantiene un tono de voz bajo y se expresa con pocas palabras) con lentitud o bloqueo de la conversación, etcétera.


Tratamientos

La evolución de la esquizofrenia está condicionada por distintos factores, de los cuales destaca el entorno socio-laboral y familiar y la continuidad del tratamiento instaurado, tanto farmacológico como psicoterapéutico.
La esquizofrenia es una enfermedad de tratamiento extremadamente complejo debido a la conjunción de distintos factores que tienen gran influencia sobre su evolución, como son la propia complejidad y severidad del trastorno psicótico, y los componentes biológicos, ambientales y psicosociales.
Existen dos grupos de tratamientos antipsicóticos para la esquizofrenia:

Antipsicóticos clásicos

Destacan la clorpromazina (1952) y el haloperidol (1958). A pesar de haber supuesto una importante revolución a nivel terapéutico al permitir el tratamiento de los pacientes diagnosticados de esquizofrenia a nivel ambulatorio y no a nivel hospitalario (se pasa del internamiento al tratamiento del paciente en su casa, rodeado de su entorno familiar), su eficacia era parcial, y un 20-40% de los pacientes no muestran una adecuada respuesta al tratamiento. Además, incluso en aquellos pacientes que responden a la medicación, esta presenta una baja efectividad, casi nula, sobre la sintomatología negativa. Por otra parte, el 35% de los pacientes tratados con estos fármacos recaen cada año, pese a no abandonar la medicación. Este grupo de antipsicóticos presenta una tasa de reacciones adversas alta, de gravedad muy variable, que obliga, en un porcentaje bastante alto de los pacientes, al abandono de la medicación y su sustitución por otros medicamentos. Estas son:
·         Parkinsonismo: rigidez de los miembros y el tronco, andar característico, temblor, etc. Aparece muy frecuentemente, desapareciendo progresivamente una vez suspendida la medicación.
·         Distonía aguda: espasmos faciales y en la espalda. Suelen aparecer de forma rápida en niños y adolescentes, y desaparecer rápidamente una vez suspendido el tratamiento.
·         Acatisia: agitación motora sin componente psicológico. Tienen una incidencia alta, aunque desaparece al suspender la medicación.
·         Discinesia tardía: se manifiesta en ancianos con distonía del tronco y movimientos faciales de mascado y chupado. No desaparece al suspender la medicación.
·         Síndrome de conejo: movimiento rápido de los labios hacia delante y detrás. Baja incidencia, aparición lenta, y desaparición progresiva al suspender el tratamiento.

Antipsicóticos atípicos

Tienen mejor perfil de actividad (sintomatología negativa) y menor tasa de efectos secundarios. Además, son efectivos en pacientes refractarios (resistentes) a los antipsicóticos clásicos. Son medicamentos como clozapina, olanzapina, risperidona, quetiapina y ziprasidona. Actúan bloqueando a la vez receptores neuronales dopaminérgicos y serotoninérgicos. Las reacciones adversas principales de este grupo de antipsicóticos son la sedación y el aumento de peso. En menor medida también se ha apreciado la aparición de hipotensión ortostática (bajada de la tensión al incorporarse del estado tumbado a la verticalidad). Pertenecen a este grupo de antipsicóticos las fenotiazinas, butirofenonas, tioxantenos y ortropamidas.
Los antipsicóticos con actividad sedante intensa, principalmente las fenotiazinas, son empleadas en fases agudas de agitación del paciente.

Tratamiento psicológico de la esquizofrenia

No obstante, para tratar la esquizofrenia, el tratamiento psicológico es tan importante como el empleo de fármacos. En este tratamiento se trabaja tanto a nivel individual, como en el ámbito familiar, incidiendo sobre aquellas facetas del paciente que se encuentren deprimidas o más afectadas. Estos tratamientos se dividen en función de la fase en la que se encuentre el paciente (aguda o estable), y se suelen focalizar principalmente en los siguientes aspectos (terapia psicológica integrada):
·         Diferenciación cognitiva: se trabajan habilidades de atención y formación de conceptos verbales.
·         Percepción social: el paciente describe e interpreta el estímulo social y discute el sentido de la interacción.
·         Comunicación verbal: se adquieren habilidades de conversación.
·         Habilidades sociales.
·         Solución de problemas interpersonales y su aplicación a la vida diaria.

·         Trabajo de situaciones psicóticas, delirio-paranoicas, conductuales y terapias de cumplimiento: se entrena al paciente en la gestión y manejo de los síntomas positivos y en la prevención de recaídas.

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